Todos recordamos escenas de la gran pantalla que se han convertido en iconos atemporales de la cultura cinematográfica. En la retina de todos está por ejemplo el beso que el capitán Rhett Butler (Clark Gable) propina a Scarlett O'Hara (Vivien Leigh) en un arrebato de pasión en el célebre largometraje "Lo que el viento se llevó"; las palabras que Darth Vaider (Bob Anderson) dedica a Luke Skywalker (Mark Hamill) confesándole a su encarnizado enemigo que en realidad es su padre: "Luke, yo soy tu padre"; o la escena en que la que Julia Roberts se empeña en vaciar las tiendas de Beverly Hills al ritmo de la canción "Oh, Pretty Woman", compuesta e interpretada por Roy Orbison. Y es que el cine tiene el increíble don de influenciar de forma trascendental la sociedad en qué vivimos.
Pero en una película, no son solo los diálogos las piezas fundamentales que hacen que una escena se convierta en un referente a nivel cultural. Existen muchos otros elementos que contribuyen a este hecho, o que por sí solos resultan tan cautivadores que años después se siguen recordando incluso por los más neófitos en esta materia. La música por ejemplo es uno de esos elementos. Bandas sonoras como la de Superman, Indiana Jones, Parque Jurásico resultan tan cercanas que todas las conocíamos antes incluso de haber visto las películas a las que corresponden. Otro elemento que también puede ser muy recordado en una película es la fotografía. Películas como el Señor de los Anillos o Master and Commander se han apoyado en la fotografía para embeber al espectador de un ambiente especial en el cual tienen lugar los acontecimientos narrados, en el primero, la fabulosa Tierra Media ideada por J.R.R. Tolkien, y en la segunda el buque de la marina británica "Surprise" gobernado por el tenaz capitán Jack Aubrey. Por supuesto, otros elementos presentes en un largometraje capaces de marcar a una generación entera son la ambientación y el vestuario. Aún se recuerdan los impresionantes y recargados vestidos de época que vestían los actores que aparecían en la película de Amadeus, que narra la truculenta vida del genio de la música Mozart; y los muebles de diseño minimalista que aparecen en películas como Gattaca.
En definitiva, parece claro que la historia del cine nos ha regalado inolvidables momentos gracias a una combinación de elementos que han conseguido pasar a la posteridad marcando tendencia a generaciones y generaciones de personas.
Fuente: www.articuloz.com