En este lugar sin prisas, las vicisitudes de la vida moderna carecen de importancia. El ajetreo de la vida cotidiana, pierde su sentido en la paz abrumadora de la inmensidad de las planicies patagónicas. Las extensiones enormes, cubiertas de fino color de hierbas pardas, mares fríos de azul intenso tachonados de hielo milenario de los Icebergs que no dejan de avanzar a su final destino en el mar, ninguno de estos conocen las prisas.
Conocer esta región extrema, de belleza superlativa, es algo que hoy es posible por medio de Australis. Sin embargo, los paisajes extraordinarios que sólo se dan en esta región del planeta, no son sólo roca, planicie y mar, sino también el hogar de decenas de variedades de aves y animales que han hecho de este lugar su refugio y hogar. La escena que una familia puede experimentar, al ser espectadores de una exhibición magnífica, hace que las personas se inclinen en humildad ante el despliegue natural y la algarabía de la fauna patagónica. Muchos de los majestuosos y bellos animales que viven en estas regiones, viajan por mares y cielos en sus travesías estacionales, sin embargo la concentración armónica de estos, hace que un viaje a esta zona sea el lugar ideal, para apreciar en pleno a los naturales habitantes de esta región. Albatros, petreles, orcas y ballenas, se juntan en una magnifica sincronía, en el gran escenario desplegado ante los ojos.
Australis permite que el viajero pueda situarse en la primera fila del teatro del show de la vida, en escenas que se repite cada día, provocando en el observador la sensación de pequeñez y humildad de saberse uno más en la compleja cadena de las cosas naturales. Cruceros a la Patagonia nos permiten apreciar aún más, los lazos que conforman nuestro entorno natural, aquel entorno que nos hace llevar una existencia en paz. Llegar a entender eso, hace que valga la pena vivir la experiencia.
Fuente: www.articuloz.com