Viernes, 04 Octubre 2013 23:14

Grupo 7', La Película 10

Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad en los gobiernos de Felipe González, condenado por un secuestro de los GAL y por malversación de fondos, preguntado en cierta ocasión por los presuntos modos antidemocráticos de algunas fuerzas a sus órdenes en la lucha contra el terrorismo, respondió con una frase lapidaria: "La democracia también se defiende en las cloacas". Lo que no dijo es que de tanto vivir en las alcantarillas el ser humano puede mutar en rata, por algo comparten el cuarenta por ciento del genoma.

'Grupo 7', la exitosa película con raíz andaluza --producida por la Zanfoña de Gervasio Iglesias y con aportación económica de Canal Sur y amplia representación de actores de la comunidad-- que mañana se proyecta en el cine de verano de la Diputación de Sevilla, cuenta el descenso de una unidad policial sevillana al submundo de las drogas en los meses previos a la inauguración de la Exposición Universal de 1992.

Nada podía deslucir el acontecimiento, espejo de una España en pleno despegue económico, y menos que nada los pequeños traficantes y toxicómanos --los peces gordos del tráfico de drogas se supone que alternaban en la pecera social con lo más granado de la sociedad sevillana-- que, como las prostitutas, pretendían hacer negocio aprovechando la afluencia de visitantes. Había que limpiar el entorno de la Expo sin importar si se cruzaban los límites de la legalidad; la violencia, las coacciones, los engaños y las amenazas se convertían así en herramientas tan eficaces como censurables para conseguir los objetivos previstos. Todo en 'Grupo 7' es pura ficción, pero no mentira, ni siquiera esa supuesta contradicción existente en hombres duros e implacables en su profesión que, sin embargo, se muestran vulnerables en sus vidas íntimas.

Dirigida por Alberto Rodríguez ('After', '7 Vírgenes') y protagonizada por Mario Casas, Antonio de la Torre e Inma Cuesta, 'Grupo 7' se ha convertido en la pelicula más valorada por la crítica y los espectadores en lo que llevamos de 2012, lo que seguro que tendrá refrendo en la elección por parte de la Academia del Cine de la terna de la que saldrá la película que nos representará para los Óscar de Hollywood.

Ha sido esa fuerza, autenticidad, firmeza narrativa y emoción que transmite la cinta andaluza por la que la HBO americana --'Los Soprano', 'True Blood', 'Boarwalk Empire'--, que en la actualidad hace el mejor cine para la televisión en el mundo, la ha comprado hace unos días para su exhibición en Estados Unidos bajo el título de 'Unit 7'. No todo el mundo llega allí, pero es que nuestro cine es muy bueno.

'Grupo 7', como en su día 'Celda 211' o más recientemente 'No hay paz para los malvados', es una prueba palmaria de que otro cine español no sólo es posible sino que ya lo es. Cuenta con los gustos del espectador, no solapa la acción con el mensaje, tiene espíritu de denuncia y voluntad de espectáculo. Acaso por eso Carlos Boyero, uno de nuestros más acreditados --y vitriólicos-- críticos dijo de ella que "desprende autenticidad, te deja una sensación desasogante y es la mejor película española que he visto en mucho tiempo". En abril confesaba que la había visionado tres veces. Quien sabe si se lo encuentran en el patio de la Diputación firmando la media docena.

Los personajes

Alberto Rodríguez ha sabido rodearse de un elenco extraordinario para componer la unidad policial que protagoniza la película, cuya trama sirve también al director para hacernos una radiografía de la Sevilla de comienzos de los 90. Sus componentes son: Ángel (Mario Casas), quien tiene una gran ambición, quiere escalar puestos en su profesión para ser inspector y posee una notable inteligencia; Rafael (Antonio de la Torre), por contra, es un tipo soberbio, arrogante y sin escrúpulos que usa los métodos más expeditivos en el ejercicio de sus misiones; Miguel (José Manuel Poga), es el pequeño del grupo, el "niño" que se curte viendo actuar a Rafael, mientras Mateo (Joaquín Núñez) es el guasón. Cada uno es como es, pero todos tienen la capacidad de mostrarse brutales y tiernos. Pero nunca a la vez.

La historia

Como quedó dicho, 'Grupo 7' es pura ficción. Sin embargo, sí hubo una unidad policial en Sevilla a finales de los ochenta y comienzos de los 90 encargada de limpiar de yonquis y camellos el centro de la capital. En la película, un personaje ficticio llamado Marisa Morales, es la encargada de destapar el trabajo sucio de los policías, pero en la realidad fue una periodista de 'Diario16', hoy extinto, Rosa María López, quien, jugándose el pellejo, publicó artículos sobre esa unidad policial sevillana que había multiplicado por diez los alijos de droga y a la que se temía por su brutalidad en los bajos fondos de la ciudad.

Rosa, entonces con un hijo pequeño, necesitó de escolta policial al estar amenazada de muerte --de hecho denunció dos intentos de atropello y el impacto de un proyectil que necesitó siete puntos de sutura--, fue vilipendiada desde el poder y tuvo que abandonar la profesión a raíz de un infarto cerebral sufrido por su marido a raíz de una detención ilegal del hijo. Pero nunca cejó en sus denuncias periodísticas.

La realidad

Si bien el 'Grupo 7' no existió, sí lo hizo el Grupo 10 de la Brigada de Seguridad Ciudadana, cuyo jefe entonces era entonces José Robles, jubilado ya y que, en una entrevista concedida a 'El País' en abril de este año, manifestaba: "fuímos una máquina contra la droga".

Las zonas de Sevilla más conflictivas estaban en los barrios de Torreblanca, las 3.000 Viviendas, algún sector del Polígono San Pablo, el Pumarejo y algunas zonas de la Alameda de Hércules. El Grupo 10, al igual que el 6, que también tuvo encomendada la misma misión, obtuvo numerosas nominaciones y condecoraciones por sus éxitos en la lucha contra la droga, aunque la delación de algunos confidentes llevó a sus componentes a los tribunales, donde posteriormente fueron exonerados de los cargos de corrupción de los que se le acusó por el juzgado de instrucción número 7 de Sevilla.

Fuente: www.articuloz.com