Lunes, 29 Julio 2013 19:17

Viajes Largos, Condiciones Adversas Y Neumáticos

En estas fechas tan señaladas que acaban de terminar, muchos somos los conductores que realizamos viajes largos. Es muy bonito viajar para esas grandes reuniones familiares en las que disfrutamos de nuestros seres queridos. Pero hay un inconveniente ante este tipo de viajes y es: que se realizan en pleno invierno. La consecuencia directa es que las condiciones climatológicas y por ende las condiciones del asfalto, no son las mejores.

Es por eso que vital revisar convenientemente el coche antes de emprender el viaje. Comprobar los niveles de aceite y líquido refrigerante es importante pero más importante aún es la revisión del estado de frenos y dirección. También puede resultar muy  útil llevar líquido anticongelante.

Paradójicamente, un hecho que debemos tener en cuenta es la influencia negativa de las altas temperaturas en los neumáticos. De todos es sabido que el calor es el peor aliado de los neumáticos. No en vano la venta de neumaticos en Canarias siempre es más alta que en la península dado que los neumáticos se degradan más fácilmente como consecuencia del calor (tanto en el propio neumático como el del asfalto) y hay que cambiarlos.

En invierno eso no debería preocuparnos, pero es habitual que los neumáticos se degraden durante el verano como consecuencia de las altas temperaturas pero no nos demos cuenta de ésta situación porque en verano las condiciones de conducción son óptimas (poca circulación, no existencia de agua, hielo o nieve en el asfalto…etc.). Sin embargo cuando llega el invierno y tenemos que realizar una viaje largo (típicamente en fechas navideñas) nos encontramos con condiciones adversas y es cuando vemos que nuestros neumáticos no se encuentran en buenas condiciones. Éste hecho es muy peligroso ya que si nuestros neumáticos están desgastados y la lluvia ha provocado la existencia de abundante agua en la calzada, puede producirse el efecto de acuaplaning. Ante lo que podemos perder el control del coche.

De ahí la importancia de revisarlo periódicamente y siempre que realicemos muchos kilómetros de manera continuada. Con los neumáticos no nos la podemos jugar, hay que cambiarlos cuando es necesario. Aunque la crisis ha hecho mella en este sentido bajando la media de neumáticos repuestos de un 1,2 a un 0,8 por cada coche en circulación.

Otro hecho relevante del que en ocasiones no somos conscientes es la circulación con combustible abundante. Y es que si procuramos llevar el tanque lo más lleno posible continuamente no sólo gozaremos de la calefacción durante más tiempo por si ocurre una emergencia sino que también aportaremos un peso al vehículo que se dará estabilidad para circular por zonas resbaladizas.

Si hemos tomamos estas precauciones y adaptamos nuestra velocidad a las condiciones que nos encontremos, no tendremos problemas para realizar viajes largos en pleno invierno.

Fuente: www.articuloz.com