Mientras que las cámaras de videovigilancia, basadas en cámaras IP ordinarias y visibles son herramientas disuasorias contra conductas impropias; las cámaras IP ocultas pueden llevar la visión a lugares menos visibles.
Especialmente, para monitorizar los detalles de las acciones en zonas donde los individuos sospechosos se llegan a interponer en el tramo de visión de un buen zoom o para proporcionar un seguimiento ocasional fuera de la red cuando hay indicios de delito o motivos para sospechar de infracciones.
No obstante, las condiciones en las que han de efectuarse las grabaciones ocultas deben justificarse y estar recogidas por la letra de la denominada Instrucción 1/2006, con fecha del 8 de noviembre de 2006, para los casos de monitorización con cámaras ocultas, servicios de videovigilancia con restriccionesy para otros supuestos análogos.
La tecnología no es un problema para cámaras IP de tamaños reducidos pensadas para este tipo de grabaciones, tal vez lo menos fácil sea encontrar el punto exacto en el que se prevé que se va a desarrollar la actividad supuestamente ilicita.