No obstante, su nieto Fernando VII, impulsado por su esposa la reina María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas y a partir de su reinado se dedicó a albergar las colecciones Reales de pintura. Dichas valiosisimas colecciones, germen de la colección del actual Museo del Prado, fueron sucesivamente enriquecidas por todos los monarcas que le sucedieron, tanto Austrias como Borbones.
Hoy en día, el Prado de Madrid posee la mayor colección de pintura española del mundo - especialmente obras de Velázquez y Goya - que abarca del siglo XII al siglo XIX. También cuenta con colecciones de artistas extranjeros como Tiziano, Tintoretto o Rubens. l Prado es la envidia de muchos museos, entre otras cosas por su colección de pintura italiana. De hecho, para conocer el Prado hace falta más de una visita.
Sus obras se distribuyen en orden cronológico a lo largo de las tres plantas. Escultura clásica en la planta baja, Velázquez en la primera, y Goya repartida entre las tres. Tras la ampliación de 2007, el museo está formado por nuevos edificios. Una nueva ala, diseñada por Rafael Moneo, enlaza el museo con la iglesia de los Jerónimos, construida hacia 1505 en estilo gótico, y una nueva planta que alberga la tienda, un café, un restaurante y el guardarropa. En el Palacio de Villanueva se aloja la casi totalidad de los fondos; el Casón del Buen Retiro se destina a biblioteca y Centro de Estudios; y el Salón de Reino se convierte en un nuevo espacio expositivo.
El número de visitantes del Prado se han incrementado enormemente a lo largo de los siglos XIX y XX y no cabe duda de que sea uno de los lugares de visita imprescindibles a la hora de viajar a Madrid.
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