Lunes, 22 Julio 2013 15:13

Los Peces Responden Ante El Dolor Igual Que Los Mamíferos Superiores

Un equipo de investigadores del Instituto Roslin y de la Universidad de Edimburgo coordinados por la doctora Lynne Sneddon ha descubierto que ciertas áreas localizadas en la cabeza de las truchas arcoiris responden a estímulos dolorosos

y que estos peces reaccionan cuando son expuestos a substancias perjudiciales de forma similar a como lo hacen los mamíferos.
Según ha indicado Sneddon, "el comportamiento de las truchas estudiadas tras ser expuestas a productos nocivos son idénticos al que mostrarían los mamíferos superiores en las mismas condiciones".

En el estudio, publicado en Proceedings B. de la Royal Society, Sneddon señala que "tras aplicar estímulos mecánicos, térmicos y químicos al rostro y a la cabeza de peces anestesiados y registrar la actividad de su sistema nervioso, se localizaron 58 receptores que respondían al menos a uno de los estímulos. De ellos, la mayoría lo hacían a la presión mecánica y cuando se calentaban a más de 40º centígrados. Sin embargo, éstos funcionan peor que los situados en la piel humana, quizá porque la del pez se puede dañar con mucha más facilidad. Otros 18 receptores, sin embargo, que respondían a estimulación química, son los primeros en ser detectados en peces". 

Por sí misma, la presencia de estos receptores no prueba que los peces sientan dolor, ya que su reacción puede ser tan sólo un acto reflejo. Es preciso demostrar que una experiencia potencialmente dolorosa afecta negativamente el comportamiento. Para demostrar su hipótesis, los investigadores inyectaron ácido acético en los labios de algunas truchas al mismo tiempo que a otras les introducían sólo una solución salina. Todos los peces habían sido condicionados previamente para buscar su alimento en un anillo situado en el tanque donde estaban recluidas de la misma forma en la que recibieron la dosis de ácido. 
El equipo de doctor Sneddon detectó entonces un comportamiento muy anómalo en los animales, similar al que manifestaría un mamíferos sometido a una situación estresante. "Las truchas que habían recibido el veneno frotaron sus labios en la gravilla del tanque de un modo que no podía identificarse en absoluto como un acto reflejo. Además, tardaron hasta tres veces más que sus compañeras en decidirse a alimentarse" , indica Sneddon.

Fuente: www.articuloz.com