Sábado, 12 Octubre 2013 09:38

Paseo Por La Muralla De Lugo

Aunque estéticamente la muralla de Luego es menos llamativa que otras fortificaciones similares, como la de Ávila, es un recinto muy singular porque es la única construida durante la época del Imperio Romano que conserva todo su perímetro, de más de dos kilómetros de longitud, que además se puede recorrer completo caminando por el antiguo paseo de ronda. Desde allí se ve todo el casco antiguo de Lugo y se puede acceder a sus principales lugares de interés,

como la Plaza Mayor o la Catedral, así como a sus numerosos bares, famosos por las variadas tapas que ofrecen de forma gratuita con las bebidas.

La muralla de Lugo, que encierra un espacio de algo más de 34 hectáreas, fue construida a finales del siglo III para defender la ciudad de Lucus Augusti de los ataques bárbaros y se ha conservado más de 17 siglos con un trazado y un estilo similar, por lo que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

De las diez puertas con las que cuenta en la actualidad, cinco de época romana y otras cinco abiertas entre los siglos XIX y XX, la más utilizada es la del Obispo Aguirre, según se cuenta aquí. Atravesándola y siguiendo la primera calle a la izquierda aparece la plaza Pío XII, presidida por la Catedral de Santa María. Frente a su fachada principal se encuentra la rampa de la Puerta de Santiago, el único acceso a la muralla habilitado para personas con discapacidad. Además, se puede llegar a ella por seis escaleras situadas a la altura de las puertas Miñá o del Carmen, Nueva, Falsa y de la Estación, y de las plazas del Cantiño y de Campo Castelo.

Una vez arriba, aparece un paseo con una anchura media de cuatro metros y una altura de entre ocho y doce metros, que recorre el antiguo adarve o camino de ronda y que pasa por los 71 cubos o torres que se conservan de las 85 originales, todas ellas sin la parte superior.

La muralla tiene forma de rectángulo con los ángulos redondeados y está hecha con un mortero montado con tierra, piedras sueltas y cantos, cementado con agua y reforzado en ciertas zonas con lajas de pizarra y bloques de granito.

Una vez completado este singular paseo por la fortificación es el momento de conocer el casco antiguo de Lugo, en especial su plaza Mayor y su Catedral. La primera es un lugar perfecto para descansar un rato en sus agradables terrazas situadas en sus soportales y admirar edificios señoriales como el del Ayuntamiento y el del Círculo de las Artes, así como un agradable kiosco de música antiguo.

Muy cerca de la plaza Mayor se alza la Catedral de Santa María, de planta románica con elementos barrocos. Con una distribución de planta de cruz latina con tres naves, crucero y girola con cinco capillas absidales, destacan en su interior las capillas de San Froilán y de la Virgen de los Ojos Grandes.

Y para finalizar esta visita a Lugo no podían faltar sus famosas tapas y pinchos, que se pueden comer en toda la ciudad, aunque son especialmente recomendables los que ofrecen los bares de la zona de la rúa Nova y de la plaza do Campo, siempre llenos de gente.

Fuente: www.articuloz.com