No, todos estos juegos, tan comunes hasta hace unas décadas, están siendo desplazados por los videojuegos.
Las críticas provienen, por supuesto, de los adultos. Acostumbrados a una época en que se podía pasar el día entero jugando a la pelota, ven este avance con miedo y tristeza. Culpan a los videojuegos de malos desempeños escolares, de disminución de la visión, de provocar escasa relación social, aislamiento, etc.
Bien podríamos decir que es verdad. Muchos chicos pasan horas y horas frente a pantallas, solos, hablando con "amigos" que ni conocen. No aprenden tareas que puedan llegar a ser útiles. Descuidan el estudio a causa del tiempo que les dedican. Disfrutan masacrando personas, mientras más cruel más divertido. Juegan a ser mafiosos, terroristas. Buscan juegos con sangre, y si puede ser lo más real posible el efecto, mejor.
Parece ser todo negativo, pero hay otra faceta, que a mi juzgar equilibra con lo negativo que se le atribuye.
Los videojuegos son la primer forma de entretenimiento que nos permiten formar parte de mundos soñados, inimaginables. Vivir situaciones que pueden darse en la realidad pero que sabemos nunca viviremos. Son un portal a otra realidad, en la que podemos ser quien queramos. Alimentan nuestra imaginación, y viceversa. Hasta pueden usarse para aprender valores, basta con ver juegos basados en la Edad Media, y como resaltan aspectos como la lealtad o el honor.
Y eso no necesariamente implica un aislamiento, o comportamiento violento. Si tomamos a los videojuegos como lo que son, videojuegos, podremos lograr un equilibrio en el que nos llenaremos de dicha por las cosas que hagamos, de las que nos sintamos parte, y a la vez no nos alejaremos de la realidad.
Los videojuegos son, entonces, la mejor forma de entretenimiento que ha salido, es la primera que nos transporta, verdaderamente, a otro mundo. Un mundo en el que nada es imposible.
Fuente: www.articuloz.com