Lunes, 22 Julio 2013 15:49

Tiene Whatsapp La Cosa

"Temo el día en que la tecnología superará nuestra interacción humana. El mundo tendrá una generación de idiotas". Podría tratarse de una declaración de cualquier vidente de un programa de televisión nocturno dando respuesta a la llamada de un espectador, o la sentencia de una anciana con cartas del tarot sobre su mesa. Pero no. Considerado el mejor físico de la historia (no por sus atributos fisionómicos ni apariencia, sino por sus múltiples estudios científicos y reconocimiento de sus divulgaciones metodológicas),

Albert Einstein pronunció estas palabras con un acierto más que evidente, a lo que hay que añadir que lo hizo un siglo atrás, probablemente cuando el mismísimo Steve Jobs, fundador de la empresa informática Apple,y una de las más importantes a nivel mundial, aún aprendía a caminar.

Basta con salir a la calle para darse cuenta del alcance que ya tienen los dispositivos tecnológicos en nuestras vidas. O quizás ni eso. Un individuo corriente, consumidor de un teléfono móvil de última generación, se despierta por la mñana con el reloj despertador interado en éste. Mientras toma el desayuno escucha su programa favorito en la radio, también del mismo aparato. Al hacer su compra semanal, apunta lo ingredientes necesarios para hacer una cena en su casa e invitar a sus amigos, y los escribe en la aplicación "notas". no acabará ahí la cosa, sino que además les comunicará la hora a través de SMS, Whatsapp, Line o redes sociales. Es el súmmum del desarrollo, la tecnología de la tecnología. Un reloj despertador, una radio, una agenda y unas cartas, todo ello incluido en el dichoso teléfono.

¡Y cuánto ayudan las redes sociales! Desde luego, esa afirmación no es negable. ¿O sí lo es? Claro está que son fuente de información y comunicación, además del entretenimiento que aportan. Para ciertos usuarios van un paso más allá, pues encuentran en el número de amigos de Facebook una motivación personal, en la cantidad de "retuits" en Twitter un reconocimiento importante, o los "me gusta" de Instagram como directamente proporcionales a su calidad como fotógrafos.

Personalmente, jamás habría encontrado una mejor denominación para esas "redes sociales". Aunque nunca he conocido el porqué de su nombre, encuentro perfectas las dos palabras. Así, se da a entender que mediante el registro en una de estas webs, se pasa a formar parte de una "telaraña virtual" junto con millones de usuarios más, todos ellos interconectados. Puede que no conozcas a un usuario de un barrio situado en la periferia de Estambul, pero sí es posible que un amigo tuyo conozca a un amigo que estuvo de vacaciones en las costas francesas el verano pasado, donde conoció a un escocés que había estudiado Bellas Artes en una prestigiosa universidad norteamericana, donde conoció a la hija del usuario de Estambul. Con todo ello se permite cierto grado de cercanía entre personas que puedan tener intereses similares a los tuyos, pero también se facilita una "superinformación" de datos personales y privados que en muchas ocasiones pueden llegar a manos no deseadas.

Otro peligro de estas tecnologías es, irónicamente, la lejanía que crean entre los propios usuarios. Clara muestra de ello son las apps (o "aplicaciones", depende de lo moderno que quieras aparentar ser), de comunicación, tales como WhatsApp o Line. El éxito que poseen se fundamenta en su gratudad, lejos de los costosos SMS o mensajes de texto, con alto precio en relación a la amplitud de su contenido e imposibilidad de envíos de contenido multimedia, tales como fotografías y vídeos. Aunque bien es cierto que se ha especulado acerca del fin de su servicio gratuito, el coste sería anual, por lo que seguiría resultando más beneficioso que el SMS.

Distancian. Con el envío de un mensaje se evita el contacto verbal y auditivo entre dos o más personas, y en muchos casos el visual, llegando al punto de personas en grupo en el que simultáneamente todas estén con la ya conocida postura de la cabeza agachada, el teléfono móvil sobre la palma de la mano, y los pulgares deslizándose sobre la pantalla de los smartphones.

"Temo el día en que la tecnología superará nuetra interacción humana. El mundo tendrá una generación de idiotas".

Tiene WhatsApp la cosa.

Fuente: www.articuloz.com