Domingo, 03 Noviembre 2013 17:17

Chaplin Y Su Crítica A Las Máquinas

 

El artículo de hoy lo quiero dedicar a uno de mis cineastas favoritos, Charlie Chaplin. Este fin de semana he estado leyendo la biografía de este gran artista; la resumo un poco. Sir Charles Spencer Chaplin (1889-1977) nació en un humilde barrio de Londres. Sus padres eran artistas de Music-hall, pero se separaron cuando Charlie era muy pequeño, y su madre tenía que sacarle adelante a él y a su hermanastro, Sydney, fruto de un matrimonio anterior de la madre.

Pronto Charlie y Sydney comenzaron a trabajar también como artistas de Music-Hall, debido a que el padre murió cuando Charlie tenía 12 años, y la madre sufría de una enfermendad mental, por lo que en muchas ocasiones tenía que ser internada en un psiquiátrico. Así, Charlie comenzó su andadura como artista y una compañía de mimos lo contrató (también a Sydney) y lo envió a Estados Unidos de gira, país que se convertiría en su hogar un tiempo después, a partir de su segundo viaje a este país, en 1912, cuando tenía 23 años. Allí rodó la gran mayoría de sus películas, al principio sólo como actor, después participó también como guionista, y más adelante como director e incluso compositor de las piezas musicales de sus películas. Residió en Estados Unidos hasta 1952, tras muchos problemas en este país en los últimos años en los que residió allí (como el ser acusado de anti-americanismo). Debido a la acogida que tuvo cuando regresó a Europa decidió quedarse, e incluso devolvió el permiso que le dieron para volver a Estados Unidos. Hasta su muerte vivió en Suiza.  

Hay muchísimos aspectos en la obra de Charlie que me llaman la atención, pero esta vez me quiero centrar en su crítica a las máquinas y a lo que ello conlleva para las personas.   Chaplin trabajó en Estados Unidos con 5 productoras: Keystone, Essanay, Mutual, First National y United Artists, pero no es hasta febrero de 1916 cuando firma con Mutual (había empezado su carrera cinematográfica 2 años antes) cuando el artista posee libertad total para producir sus películas.    La primera película que rueda con la Mutual es The floorwalker. Se comenzó a grabar el 27 de marzo de 1916. La idea de la película surgió en Chaplin a raiz de contemplar las escaleras mecánicas de unos grandes almacenes; y es precisamente este elemento el que utiliza por primera vez en su crítica hacia las máquinas, aunque, eso sí, de una forma muy superficial.    Observamos a lo largo de la obra de Chaplin que muchos objetos parece que cobran vida propia, generando desastrosas (aunque cómicas) consecuencias para el personaje de Charlot. Esto se acentúa con los objetos mecánicos, ya que realmente esa "vida" que cobraban hasta ahora los objetos ya no se produce cuando Charlot tropieza, o se queda enganchado, si no que realmente tienen un movimiento propio.  

En agosto de ese mismo año se estrena One AM, en la que se nos presenta a un Charlot borracho, que tiene bastantes problemas para llegar a su dormitorio y acostarse (a pesar de que un taxi le deja en la puerta de casa). En esta película se presenta constantemente lo antes descrito, ya que Charlot resbala constantemente con la alfombra, queda enganchado a la mesa, se enrolla en la alfombra... Cuando por fin logra subir al piso de arriba le es bastante difícil entrar en su cuarto; ya que un reloj con un enorme péndulo no para de golpearle. Observamos aquí otra crítica a la mecanización, ya que el reloj es un gran representante de este movimiento anti-máquina e anti-industrialización; pues sin el reloj no hubiera sido posible el trabajo en la fábrica industrial.  Por fin Charlot consigue entrar  en su dormitorio, pero no encuentra la cama; y es que se trata de un moderno artilugio, que se esconde en la pared. Aquí encontramos la mayor crítica a las máquinas de la película, ya que le da bastantes dolores de cabeza al pobre Charlot: queda atrapado, es aplastado, tirado... y no hay manera de poder dormir en la cama, así que al final acaba durmiendo en la bañera.  

En la obra de Chaplin seguirá estando presente este tipo de gags, pero la culminación de este tema la encontramos 20 años después, en su genial película Tiempos Modernos. Esta película, creada ya bajo la producción de United Artists (productora de la que fue cofundador, junto con Douglas Fairbanks, Mary Pickford y D.W. Griffith) se estrenó en febrero de 1936. Toda la primera parte de Tiempos Modernos es una crítica pura y dura a la mecanización, a la fábrica y a la industrialización. En primer lugar nos vuelve a presentar un gran reloj, para después pasar a un plano en el que vemos a un rebaño de ovejas y seguidamente, mediante un fundido,  a los trabajadores de la fábrica saliendo de una boca de metro. A continuación vemos que Charlot es operario de la fábrica, y su único cometido es apretar tuercas. La genialidad de esta escena reside en cómo Chaplin nos muestra que el hombre se ha convertido en una parte más del mecanismo industrial. Más adelante, unos ingenieros prueban con él una nueva máquina que alimenta al trabajador, para que no tenga que parar para comer y pueda continuar trabajando como lo que es, una parte de una máquina que funciona sin descanso.

Finalmente, la máquina no funciona bien y al jefe no le interesa, después de que le tirara la sopa encima a Charlot, le golpee... Y así vuelve al trabajo, pero acaba enloqueciendo debido a la tarea tan repetitiva que cumple, y se introduce dentro del mecanismo de la maquinaria. Cuando lo sacan, acaba apretando  todo lo que puede (incluida la nariz de un compañero, los botones de la ropa de otras personas... como si de tuercas se tratara).  

¿Qué opináis sobre esto? ¡Gracias y hasta la próxima!

Fuente: www.articuloz.com