Miércoles, 11 Septiembre 2013 19:37

Cómo Reconocer Un Buen Jamón Ibérico

La compra de un jamón ibérico no debe convertirse en una lotería. Un mayor conocimiento del producto asegurará la adquisición de un buen ibérico, bien de bellota, bien de cebo -pues el recebo y el cebo de campo son productos minoritarios-. Como es natural, un ibérico de calidad tiene un coste de producción que inevitablemente hay que pagar, ya que cada cerdo ibérico necesita al menos una hectárea de dehesa para su alimentación.

Sin embargo, esto varía mucho en el caso de los cerdos criados en cautividad. Los principales aspectos que se deben observar en un jamón para hacer una buena elección son:

1. La grasa

Debe ser abundante, y la parte que se extiende por el lateral debe ser brillante.

Un truco muy simple que indicará si se trata de un bellota o un cebo/recebo es el siguiente: Ejercer una pequeña presión, mientras se desliza el pulgar sobre la parte grasa del jamón, dejará una huella clara y bien definida si estamos ante un bellota; un cebo/recebo no dejará huella en ningún caso.

2. El color de la grasa

Un color ligeramente amarillento indica un lento proceso de maduración.

En cambio, un aspecto blanquecino suele acompañar un jamón excesivamente fresco y un color anaranjado es fruto de un exceso de maduración, -lo que popularmente se denomina como un jamón rancio-.

3. La forma

Un buen jamón ibérico debe ser largo y estrecho, ya que cuanto más estrecho es más puro se considera.

Uno de los pocos atributos del buen jamón conocidos por el gran publico es el color de sus pezuñas. En cualquier caso, no está de más refrendarlo: las pezuñas deben ser negras.

Aunque esto es sabido por todos, hay otro aspecto de las uñas en el que fijarse: deben estar separadas entre sí, lo que indica que el animal ha vivido en libertad. Por último, una pezuña interna mas corta que la externa es consecuencia de falta de ejercicio.

4. El peso

Un buen jamón ibérico no puede tener menos de siete kilogramos; ese peso es indicativo de una grasa de mejor calidad y un mayor tiempo de curación.

5. La curación

Un ibérico de bellota debe tener un desarrollo de al menos 14 meses, frente a los 10 meses de un ibérico de cebo.

Conclusión

Un jamón ibérico, especialmente si es de bellota, es un alimento muy recomendable ya que su grasa incrementa el colesterol bueno y reduce el malo - es decir, que produce el mismo efecto que el aceite de oliva-.

En cualquier caso, una mirada a la etiqueta del producto nos dará mucha información sobre el jamón en cuestión.

Fuente: www.articuloz.com