Por mucho que en la autoescuela nos enseñen buenos modales que se deberían seguir obligatoriamente en la carretera, una vez que aprobamos el carnet de conducir, muy difícilmente somos capaces de cumplir las normas de circulación impuestas por la Dirección General de Tráfico del Ministerio del Interior y que supuestamente deberíamos recordar porque estamos recién aprobados. Dejando de lado la polémica disputa que se generaría si mencionáramos que hay quienes aprueban el carnet de conducir no solo sin saber hacerlo sino además sin merecerlo, la conducción sería totalmente segura si condujésemos como deberíamos. Porque si bien es cierto que la conducción de por sí no se le da bien a todo el mundo, por irnos a un punto extremo donde la conducción es complicada sobretodo para los noveles, conducir coches segunda mano en Madrid (digo segunda mano porque es lo habitual entre quienes se acaban de sacar el carnet) ya ni te cuento.
Además, los conductores noveles, privados por haber conseguido ya la autonomía e independencia de la que quieren ahora disfrutar, suelen quitarse el miedo al volante yendo a toda pastilla y haciendo locuras en la carretera, infringiendo así las normas de circulación que acaban de aprender. Por ello es que muchos utilizan coches segunda mano baratos que si estallan no se sentirán tan apenados.
Por tanto, la respuesta a la pregunta de cómo conducimos es clara: conducimos mal. Y ¿cómo deberíamos hacerlo? Pues tan sencillo como respetando las normas que la Dirección General de Tráfico dictamina.
Fuente: www.articuloz.com