Situada entre tres continentes, Europa, África y Asia, Chipre ha tenido siempre una ubicación estratégica para el comercio. Por ella han pasado casi todas las antiguas civilizaciones: egipcios, romanos, persas o bizantinos, pero fueron los griegos los que la colonizaron y establecieron su cultura. Chipre es tan antigua que los primeros restos arqueológicos encontrados se remontan al neolítico, hace 11.000 años. Toda una riqueza de culturas y vestigios que vale la pena admirar. Además, la mitología griega cuenta que la diosa del amor y de la belleza, Afrodita, también llamada Venus, fue arrastrada por el viento cuando nació hasta las cosas de Chipre, y la isla es considerada su tierra natal.
En invierno el Monte Olimpo es su cima más alta y el lugar ideal para esquiar, y en verano el manantial Kalopanagiotis es conocido por sus aguas terapéuticas. Además, muchos rincones están conservados todavía vírgenes, en estado salvaje, donde hacer un viaje de aventura entre aguas cristalinas, arenas doradas y paseos a pie o en bici.
Agia Napa, Lemesos y Páfos son las tres regiones más cotizadas en verano para disfrutar del mar. Páfos es considerada además Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO y es la ciudad que contiene más templos de adoración a Afrodita. Viendo el hermoso azul del mar, uno se convence rápidamente que está pisando tierras divinas.
Fuente: www.articuloz.com