Por supuesto, el clasemediero mexicano cree merecer siempre el trato de un rey, así haya optado por los servicios más baratos. El clasemediero mexicano necesita un país adecentado y progresista, pero eso sí, sin pagar impuestos. El clasemediero mexicano exige respeto a sus derechos humanos, pero paga servidumbre a un precio que resulta esclavitud disfrazada. El clasemediero mexicano reclama acceso educativo sin traba alguna a todos los niveles, pero es incapaz de abrir un libro de texto ni en defensa propia. El clasemediero mexicano demanda un servicio de primera y nada de retrasos en los aviones, aunque pague seiscientos pesos por un boleto y el clima impida despegues y aterrizajes de forma normal, pues hasta los elementos deben obedecerle.
El clasemediero mexicano es todos los gentlemen y todas las ladies, por eso no le importa maltratar al empleado del mostrador, así sea el menos culpable de cualquier problema: las cosas las quiere resueltas y las quiere ya. Su susceptibilidad se hiere con el pétalo de una rosa, pero olvida a conveniencia que recibe aquello por lo que paga. Vale la pena recordarle al clasemediero mexicano que Viva Aerobús es una línea de bajo precio porque, precisamente, reduce sus costos, entre otras formas, pagando menos que otras aerolíneas por los derechos de preferencia en pista. Como una vez me dijo alguien muy entendido en este negocio: "Si no te gustan los retrasos y tampoco un servicio limitado en tus vuelos, haz como yo y viaja por Aeroméxico".
Como remate de este lamentable cuadro, donde los verdaderos truhanes son los pasajeros "enardecidos", tenemos la notoria ausencia de cualquier autoridad o elemento de seguridad que respalde al personal de la aerolínea y calme los ánimos de semejante grupo de bravucones. A estas horas, la aerolínea de bajo costo VivaAerobús ya expresó su rechazo a la conducta violenta de estos personajes, lo que está muy bien. Ahora, sólo esperemos que a la marchanta y al calvo agresores no se les vuelva a permitir el ascenso a ninguna línea aérea, como ha ocurrido con varias personas más, porque deben ser considerados peligrosos. Que las autoridades sirvan de algo y apliquen las leyes y reglamentos debidamente, en lugar de seguir empleándolos como espacio e instrumento de negociación. Una clase media seria, útil al desarrollo del país, demanda también ser disciplinada cuando se comporta vandálicamente.